La imagen de Cristo en Dostojewskij
En su diario, con entrada del 24. XII. 1877, cuatro años antes de su fallecimiento, Dostojewskij redactó lo que debían ser sus futuros planes de trabajo.
En su diario, con entrada del 24. XII. 1877, cuatro años antes de su fallecimiento, Dostojewskij redactó lo que debían ser sus futuros planes de trabajo.
Si hay un acontecimiento que resuma y a la vez sea símbolo político inequívoco de la Modernidad, éste es sin duda alguna la Revolución Francesa de 1789. A penas hay un pensador europeo que desde esta fecha no se haya enfrentado a ella, ya sea para elogiarla, ya sea para criticarla. Ella introduce un antes y un después en la historia social, cultural, religiosa y política de Europa. De ello se percataron en su momento todos sus contemporáneos. Por lo que se refiere a Alemania, la respuesta de casi toda la intelectualidad fue de alegría y de entusiasmo. La tiranía de la época, pensaban esos ingenuos defensores de la libertad, la igualdad y la fraternidad, por fin era derrocada y el hombre podía desarrollar libremente sus capacidades. La mayoría de edad había llegado – así pensaron un Kant, un Fichte, un Hegel o un Hölderlin. «Yo sólo veo a uno – decimos con Nietzsche – que la percibió [la Revolución Francesa] como tiene que ser percibida, con asco – Goethe… ».