por Salvador Vergés Ramírez | 127-2003
La ética ha evolucionado al compás de la aplicación justa de los derechos humanos, porque éstos se respaldan en aquélla, al nivel de cuanto en justicia le es debido a la dignidad y al valor intrínsecos de la persona. Efectivamente, derechos y deberes éticos se corresponden como el anverso y el reverso de la misma realidad, sin solución de continuidad. En este contexto, pues, se inscribe la evolución progresiva de esos derechos, en una triple fase, denominada generacional, por razón de los tiempos sucesivos.
por Eudaldo Forment Giralt | 127-2003
El llamado «problema del mal» se da por la dificultad en la compaginación de algunos atributos de la esencia Dios, principalmente el de la bondad divina con el hecho de la existencia del mal en el mundo. Santo Tomás, en el artículo de la Suma Teológica, que contiene las famosas «vías» o pruebas de la existencia de Dios, y que lleva por título «Si Dios existe», presenta, como primera dificultad a la afirmación de la existencia de Dios, este problema del mal. «Si de dos contrarios suponemos que uno sea infinito, éste anula totalmente su opuesto. ahora bien, el nombre o término Dios significa precisamente un bien infinito. Si, pues, hubiese Dios, no habría mal alguno. Pero hallamos que en el mundo hay mal. Luego Dios no existe».
por Fernando Pascual | 127-2003
Queremos, con este estudio, penetrar en la teoría dialógica y educativa del último Platón, tomando como referencia las Leyes. Para ello vamos a ayudarnos de algunos elementos de la teoría de la comunicación, en la medida en la que se pueda establecer una cierta identificación entre comunicación y educación1, que nos servirán para dar estructura a diversas intuiciones presentes en este diálogo, sin que esto implique creer que con tal modelo interpretativo podamos agotar la vasta contribución que Platón ha realizado a la filosofía de la educación en un diálogo tan extenso como el que traemos entre manos.
por Joan Pegueroles | 127-2003
La pregunta. «No volverás a rezar jamás, no volverás a adorar, no volverás jamás a descansar en una confianza ilimitada. Te negarás a detenerte ante una sabiduría postrera, una última bondad, un último poder y a dejar sueltos tus pensamientos. No tendrás guardián ni amigo que te acompañe a todas horas en tus siete soledades. Vivirás sin una escapatoria hacia esa montaña, nevada en la cumbre, con fuego en las entrañas. No habrá para ti remunerador ni corrector que dé la última mano, ni habrá tampoco razón en lo que acontezca, ni amor en lo que te suceda […]. Hombre del renunciamento, ¿querrás renunciar a todo esto? ¿Quién te dará fuerza para ello? ¡Hasta ahora nadie ha tenido esa fuerza!»
por Horst Seidl | 127-2003
La Encíclica del Papa Juan Pablo II «Fides et ratio» trata principalmente de la relación entre la razón filosófica y la fe cristiana junto con la teología sagrada. Sin embargo, también ofrece algunas indicaciones sobre la relación general entre la filosofía y la disposición religiosa natural de todos los hombres, que a su vez merece una ulterior reflexión. Mi presente estudio querría debatir sobre esta relación, teniendo en cuenta las propuestas del documento papal.
por Francisca Tomar Romero | 127-2003
El neoplatonismo es la última manifestación del platonismo en el mundo antiguo. Sin embargo, el neoplatonismo no es sólo, como su nombre parece indicar, una renovación de la filosofía de Platón, sino un sistema que, además del pensamiento platónico, recoge con gran vigor especulativo las restantes direcciones fundamentales de la filosofía antigua, así como también ideas religiosas y míticas incluso de Oriente.
La filosofía neoplatónica, que fue el último gran sistema de la filosofía antigua, tuvo en Plotino su verdadero fundador y su figura más representativa. Plotino resume y formula sistemáticamente las tendencias y orientaciones que se habían manifestado en la filosofía griega y alejandrina del último período. Elementos pitagóricos, aristotélicos, estoicos se funden con el platonismo en una vasta síntesis de gran influencia en la filosofía patrística y en todo el curso de la mística y del pensamiento cristiano, y a través de él también en el pensamiento moderno.
por Joan Pegueroles | 127-2003
Joahnnes Climacus, junto con su opuesto Anti-Climacus, son los pseudónimos más personales de Kierkegaard. Johannes Climacus es el autor de Fragmentos de filosofía y del Postcriptum. No es cristiano. Anti-Climacus es el autor de La enfermedad mortal y del Ejercicio del cristianismo. Es el cristiano perfecto. Kierkegaard no es ni el primero (es cristiano), ni el segundo (no es un cristiano perfecto).
Johannes Climacus, autor del Postcriptun no es cristiano: «[je] ne me donne pas pour un chrétien» (315). Pero ha oído hablar del cristianismo y se propone examinar su doctrina, especialmente en lo que se refiere al supremo Bien. «Moi, Johannes Cli – macus, natif ce cette ville, agé maintenant de trente ans, homme pur et simple comme le sont la plupart des gens, admets que, pour moi tout comme pour une fille de chambre ou un professeur, il y a à ateindre un bien suprême qui est nommé une béatitude éternelle. J’ai entendu dire que le christianisme conditionne ce bien. Je demande donc comment je puis me rapporter à cette doctrine» (9). En otras palabras: «comment moi, Johannes Climacus, je peux devenir participant de la béatitude que promet le christianisme» (10).
por Agustín Uña Juárez | 127-2003
Éste es el primero de dos estudios sobre lo que suele entenderse como teoría del conocimiento en San Agustín. La presente indagación se pregunta qué realidad radical vuelve el ser inteligible. Estaríamos ante la posibilidad primordial del conocimiento por parte de la realidad o de las cosas mismas. El segundo estudio será más reflejo. Estudiará las atribuciones de conocimiento que Agustín descubre en el espíritu, los matices gnoseológicos que la mente, vuelta sobre sí, ve en la propia mente. Es el lado subjetivo: la posibilidad primordial del conocimiento “ex parte subiecti”. En ambos aspectos Agustín recurre al platonismo. Pero comencemos perfilando el problema.
por Revista Espíritu | 127-2003
Año 52 | 2003 Artículos ¿Por qué es inteligible lo real? Idealidad de Platón, relectura de Agustín y proyección medieval (I) Agustín Uña Juárez La relación del hombre con el bien eterno en el postcriptum de Kierkegaard Joan Pegueroles La dialéctica en Plotino...