por SS. Pablo VI | 053-1966
Al recibiros, señores, cuando termináis vuestra semana de estudio sobre las «Fuerzas moleculares», no es Nuestra intención -quizá dudáis de ello – aventurarNos adentrándonos en el terreno científico, que es el vuestro, sino más bien deciros cuál es el aprecio en que la Iglesia os tiene, cuál es el interés con que sigue vuestros trabajos, el deseo que la anima a hacer todo lo que dependa de ella para favorecer el feliz desarrollo y el constante progreso de vuestras investigaciones en el seno de la Pontificia Academia de Ciencias.
por Antonio Dué Rojo | 053-1966
Aunque la noción genérica de elementos o agentes físicos naturales es bastante amplia, nos limitaremos aquí a tratar de aquellos elementos contra los que no había sido enviada a luchar la Armada Invencible, si en efecto es auténtica la frase atribuida a Felipe II cuando recibió la noticia de aquel desastre.
por Juan Roig Gironella | 053-1966
Hace pocos meses publicó un periódico de Barcelona un relato muy interesante, en el cual se describen las incidencias de un viaje de cien días por el mundo de oriente. El autor de este relato, refiriéndose a Rusia, escribe: «Uno de los casos que más me impresionaron fue el de una joven atormentada por un secreto que me descubrió de la forma que voy a contar»; y explica la conversación que sostuvo con esta joven rusa en la ciudad de Siberia llamada Irkutsk, conversación que prosiguió en otra ciudad, Angara, adonde fue acompañándola.
por Antonio Udina | 053-1966
Es bien sabido que la Constitución sobre sagrada Liturgia es el primer documento emanado del Concilio Vaticano II: fue aprobado en la segunda sesión, en la «Congregación» del 22 de noviembre de 1963 por 2.158 votos contra 19 (2), y promulgado en la Congregación pública del 4 de diciembre después de la definitiva votación de 1.247 «placet» contra 4 «non placet».
por Eustaquio Guerrero | 053-1966
El Concilio tenía graves razones para hacer una declaración sobre la libertad religiosa.
por Sin autor | 053-1966
No hay duda: está fraguando un nuevo período en nuestro mundo occidental. Basta advertir la desazón, las contradicciones, las críticas, ya fundadas, ya infundadas, que pululan en todas partes, los cambios que se suceden, muchas veces mejorando lo que tenemos, otras veces empeorándolo; basta advertirlo para admitir que está en gestación un Mundo Nuevo. ¿Será mejor que el actual? ¿ Será peor? Esto es lo que todos nos preguntamos. Que sea mejor es lo que anhelamos.
por Revista Espíritu | 053-1966
Año 15 | 1966 Editorial Mundo nuevo Sin autor Artículos Declaración del Vaticano II sobre libertad religiosa Eustaquio Guerrero La Constitución sobre sagrada Liturgia dentro del espíritu del Concilio Antonio Udina Ateísmo contemporáneo: sus características y su...