por Juan Roig Gironella | 047/048-1963
El rasgo más característico del viviente es su «teleología inmanente». Es decir, el viviente lejos de ser un mero agregado de elementos yuxtapuestos, es algo más que una suma; es una unidad, de perfección superior, por la cual así corno tiene su ser propio, así tiende a su término propio, para el cual se estructura a sí mismo, se defiende, se regenera, toma substancias ambientales integrándolas en su propia unidad superior.
por J. Múnera | 047/048-1963
Tal como lo pronunció San Pablo (no según él lo había planeado), su discurso fue puramente filosófico. Hasta entonces sus auditorios habían sido judíos o prosélitos, y tomaba como fundamento la Sagrada Escritura y los Profetas. Pero en Atenas no había sinagoga ni, por consiguiente, auditorio judío; se hallaba en un ambiente del todo pagano, por eso, cambia aquí su táctica acostumbrada y hubo de buscar otro punto de contado desde donde fuese posible un acceso a Cristo.
por Juan Roig Gironella | 047/048-1963
Frecuentemente durante los últimos decenios, diversos autores, conocidos y apreciados dentro del marco de la Filosofía cristiana, impresionados tal vez por la popularidad y éxito que en el mundo intelectual adquiría la Filosofía de la Existencia, se han esforzado en vincular su propio sistema escolástico con el «existencialismo».
por E. Colomer | 047/048-1963
El día 10 de abril de 1955, mientras las campanas de la catedral de New-York anunciaban la Pascua de Resurrección, en la que él había visto siempre un preludio de la última resurrección del universo, Pedro Teilhard de Chardin pasaba oscuramente del tiempo a la eternidad. Hoy se ha hecho un hombre famoso y es casi una moda hablar de él.
por Antonio Dué Rojo | 047/048-1963
Existe desde no hace mucho un marcado antagonismo entre la ciencia pura y la ciencia aplicada, entre lo especulativo y lo práctico, en el terreno del saber, sobre todo en lo que se refiere a las ciencas de la naturaleza. Vivimos en la era electrónica la de inventos múltiples de notoria utilidad; pero como decía el presidente del Instituto Tecnológico de California, semejantes aplicaciones prácticas son el edificio visible, el que desde hace unos veinte años llama poderosamente la atención pública por su magnificencia y altura antes insospechadas : con el grave inconveniente de hacernos olvidar el cimiento sólido, aunque invisible, que lo sostiene y sin el cual no podría subsistir.
por Sin autor | 047/048-1963
Hay épocas históricas cuya tónica es el esplendor de una edad de oro. Otras hay cuyo rasgo más típico es la desazón de una crisis. Es verdad que para poder juzgar un priodo histórico hay que colocarse lejos de él, como hacemos para mirar un cuadro: el que está tocándolo, no ve las perspectivas. No obstante podemos tener por lo menos ciertos atisbos de algo que dirán de nuestro siglo. Dirán algo parecido a lo que decimos del mundo renacentista: es un mundo en crisis.
por Revista Espíritu | 047/048-1963
Año 12 | 1963 Editorial Mundo en crisis Sin autor Artículos ¿Ciencia o Técnica? Antonio Dué Rojo La evolución cristocéntrica de Teilhard de Chardin E. Colomer Sobre la Filosofía esencialista Juan Roig Gironella Notas y documentos El discurso de San Pablo en el...