La verdad en la hermenéutica de Gadamer. Síntesis y retractación

Llamo representación A a la representación de lo que no está presente. Es la relación platónica de las copias a sus modelos ideales: las cosas en este mundo representan las ideas presentes en el mundo superior. Llamo representación B a la representación que hace presente lo que no está presente en ninguna parte. Por ejemplo, la representación de Hamlet. Antes de representarse, Hamlet no estaba presente en otra parte. Sólo está presente cuando se representa.

Sanctus Thomas de Aquino Doctor Hodiernae Humanitatis. Miscelánea en honor del Prof. Abelardo Lobato, director general de la SITA

Como es sabido, el título de «Doctor humanitatis» se lo dio a Santo Tomás el Papa actual, en el año 1980. En algunos sectores del mundo actual, más aficionados a dividir que a sumar, este título podría suscitar extrañeza. Al Santo se le conoce tradicionalmente como Doctor Angelicus. Podría maravillar que el Doctor angélico sea precisamente doctor de humanismo, hoy que lo angélico es presentado a veces como antítesis de lo humano.

Filosofía y salvación. El «Tratado de Filosofía» de Agustín Basave Fernández del Valle

La gran labor del filósofo, diplomático, jurisconsulto, educador y humanista, Agustín Basave Fernández del Valle, actual Presidente de la Sociedad Mexicana de Filosofía, miembro del Consejo Directivo de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía, y de varias academias de todo el mundo, y que ha tenido un papel muy destacado en la organización y participación de los más importantes Congresos Internacionales de filosofía en los últimos años, ha sido reconocida mundialmente, como lo revelan los numerosos premios internacionales que se le han concedido y las varias condecoraciones de Alemania, Francia, Estados Unidos, Italia, Portugal, España y del Vaticano. Su autoridad y prestigio intelectual en el mundo de hoy lo debe principalmente a sus más de veinticinco obras -varias de ellas traducidas al inglés, francés, italiano, portugués y griego-.

Las ansias humanas de conocer el origen temporal del Universo

La reiteración de las cuestiones que agitan perennemente al espíritu humano siempre es bienvenida. La perennidad de tales cuestiones indica dos cosas: una, que los hombres no terminamos de desentrañar muchas verdades aún ignoradas; la otra, que el animal racional nunca abandona la búsqueda del conocimiento de esas verdades a lo largo de su peregrinaje histórico. Todo ello sugiere que, en cierto sentido, cuando hoy se trata de la cuestión del origen temporal del universo, nuestros conocimientos parecen hallarse en una situación que, bajo cierto aspecto, no difiere demasiado del estado en que se encontraba el conocimiento de los hombres de otras épocas, aun muy remotas. Intentemos, pues, una aproximación a la problemática relativa al deseo de conocer el origen temporal del universo que en todo momento los hombres ponen de manifiesto.

La creación humana del lenguaje

Crear es comunicar el ser total a partir de la nada, ex nihilo sui et subjecti; es hacer que un ente comience a ser desde la nada de sí y desde la nada de algo anterior preexistente a él. En ése su sentido más estricto, la creación es un acto que corresponde sólo a Dios, cuya potencia infinita es la única capaz de comunicar en esas condiciones al ser a una esencia. De aquí que, a diferencia de las causas eficientes creadas que sólo pueden transformar o hacer cambiar de forma a las cosas, hacerlas pasar de un modo de ser a otro, de una forma o acto esencial a otro, la Causa divina confiere el acto de ser total a una esencia, que antes realmente no era.

Número 114

Año 45 | 1996 Artículos La creación humana del lenguaje Octavio Nicolás Derisi Las ansias humanas de conocer el origen temporal del Universo Mario Enrique Sacchi La revolución hemenéutica de H.-G. Gadamer Joan Pegueroles Filosofía y salvación. El “Tratado de...