Notas para la historia de la Filosofía Neoescolástica en el siglo XX
Autor:
Eudaldo Forment Giralt
Localización:
Espíritu: cuadernos del Instituto Filosófico de Balmesiana, ISSN 0014-0716, Año 52, Nº. 128, 2003, págs. 303-316
Idioma:
Español
Introducción:
El término «escolástica», en un sentido muy amplio, envuelve un matiz negativo, porque sirve para designar la conservación de una doctrina de un pensador originario, al que se reconoce una autoridad total y sus enseñanzas como definitivas. El cultivo de su pensamiento es así cerrado a la realidad y a todos los demás sistemas de pensamiento. Escolástica, en un segundo sentido, significa lo que se enseñaba en las escuelas de la baja Edad media –y que después se convirtieron en las universidades medievales–, las llamadas «artes liberales» y la teología. La escolástica era propia y primeramente la teología, aunque se servía de instrumentos y metodologías racionales. De ahí que se llame también escolástica a la filosofía medieval. En este tercer sentido, la escolástica es una filosofía, que, sin renunciar al esfuerzo racional, aceptaba la primacía de los contenidos de la fe religiosa y se subordinaba a su servicio. Significa así a la llamada «filosofía cristiana».