Autor:
David Elliot
Localización:
Espíritu: ISSN 0014-0716, Año 73, Nº. 168, 2024, págs. 391-424
Idioma:
Español
Introducción:
Santo Tomás de Aquino escribió que el bautismo podría haber eliminado no sólo el pecado sino también los efectos primitivos del pecado, como el sufrimiento, la enfermedad, la lucha moral y la muerte, “porque el don de Cristo es más poderoso que el pecado de Adán”. Entonces, ¿por qué el bautismo no nos restaura a algo como el Edén? Él se aferra a la intuición de Aristóteles de que, así como no coronamos al atleta más fuerte, sino al atleta que entrena y gana, así no identificamos la felicidad simplemente con tener virtud, sino con realizar y vivir la virtud.