Análisis crítico de la literatura para niños y adolescentes

Leer, en cierto modo, representa para el niño sentar una hegemonía: la de su mente sobre la letra impresa. La palabra escrita es una de las múltiples incógnitas que el mundo circundante ofrece a esa fuerza arrolladora que es la capacidad cognoscitiva del hombre. El niño se lanza a leer, impulsado por la necesidad vital de desvelar todos cuantos misterios le rodean. Y a la paulatina satisfacción de la necesidad se asocia el placer de la dificultad vencida. Lo desconocido y extrañe ha sido sometido a su poder de dominio. Un triunfo más de su personalidad.