La diferencia como primado de lo humano
En este texto, partiendo de la idea central de la diferencia como primado de lo humano, se procura ecuacionar el educar en similitud con el pensar, como experiencia radical de alteridad. O sea, como proyecto antropológico que se instaura a partir de la capacidad de suportar (sufferere) lo no-conocido, lo no-evidenciado, lo diverso frente al poder de la imagen de la cultura contemporánea (imagocentrismo) que, al remitirnos hacia la mismidad del espejo y hacia la excesiva visibilidad, oblitera el pensar como experiencia que despunta y se arriesga a partir de la ausencia, del otro, del fantasma, del espectro, de la paradoja, del extraño, del extranjero.