La virtud política

En el tratado de las virtudes, después de haber examinado la cuestión sobre la distinción de las virtudes morales entre sí, aborda santo Tomás una cuestión Sobre las virtudes cardinales, en la que se plantea cinco problemas: en primer lugar, si están convenientemente colocadas entre las virtudes morales; después, si convenientemente se dice que son cuatro; más adelante, si es posible llamarlas principales a éstas y distinguirlas entre sí; y, por último, la división de las virtudes cardinales. A todas las preguntas anteriores santo Tomás responde afirmativamente, pues a la virtud perfecta le corresponde causar, no sólo la facultad de obrar bien, sino también el uso bueno de la obra, y eso exige rectitud de apetito, rectitud que se alcanza mediante las virtudes morales. Después determina su número, a partir de los principios formales y de los sujetos en que se dan. Prueba que son principales, y distintas entre sí. Y tras haber resuelto todas las objeciones y contestado todas las preguntas, el último de los artículos se ocupa de dividir las virtudes cardinales.

La unidad del género humano en La Ciudad de Dios

Entre los signos de los tiempos que los cristianos tenemos obligación de escrutar hay uno singularmente que se ha hecho patente a los ojos de todos los hombres, creyentes y no creyentes: la humanidad se ha hecho una, se ha unificado. Para el creyente, en el corazón de esta tendencia humana a la unidad se encuentra una unidad previa, de origen, como un cierto principio de unidad de todo género humano que vincula a los hombres entre sí en un sentido muy profundo. Sin embargo, este principio de unidad del género humano, cuyo fundamento en la Escritura, la Tradición y el Magisterio es explícito, no está presente en la comprensión que el hombre actual, tampoco el cristiano, tiene de sí mismo y de sus relaciones con los demás hombres. Y no sólo en el plano de la fundamentación de su obrar moral (que suele ser la única ocasión en la que este principio de solidaridad es mencionado) sino en el más profundo de la comprensión que tiene sobre el sentido de la Historia de la Salvación, y por tanto sobre el sentido de su vida.