De Ortega a Marías, en torno a la educación de los sentimientos
«Al lado de las increíbles perfecciones de este tiempo, de los decisivos hallazgos que en tantos campos ha realizado el hombre en nuestro siglo, no se puede ocultar el hecho de que la vida muestra ciertos síntomas de tosquedad, de pobreza, de monotonía, de inestabilidad; y, lo que es más, de sequedad, de prosaísmo. ¿No será que nos falta una adecuada educación sentimental?.»
Estas palabras de Julián Marías, hace ya más de veinte años, apuntaban a un acuciante problema social que, lejos de haberse abordado y solucionado, va quedando a un lado entre las múltiples propuestas educativas que se ofrecen en la actualidad.