Nueva bibliografía revisada de Antonio Millán-Puelles (1921-2005)

El investigador interesado en la figura de Antonio Millán-Puelles necesita disponer de una rigurosa y ágil herramienta bibliográfica. La más reciente fue publicada en 2006 por J. Mª Garrido y J. J. Escandell1, pero ya ha quedado obsoleta. El tiempo pasado desde entonces y, en especial, las investigaciones derivadas de la preparación de las Obras completas del filósofo gaditano, han llevado al descubrimiento de algunos escritos que no figuraban en ella, así como a detectar errores en aquella lista de 2006.

Destrucción y naufragio. La pervivencia de la eticidad

La destrucción de la ética en la actualidad se consigue por considerarla creación humana, por reducir su estudio a las ciencias humanas (psicología, sociología) y por el principio de que todo interés (sea individual, sea social) es egoísta. La experiencia moral es incompatible con este planteamiento. La moralidad forma parte de la estructura ontológica de la acción humana libre. La negación de la moralidad comporta la destrucción del hombre.

Las pruebas tomistas de la no existencia de Dios

Examen de los argumentos de santo Tomás de Aquino a favor de la no existencia de Dios, contenidos en la Summa Theologiae. El primero se apoya en la existencia del mal y el segundo supone la suficiencia del mundo y de la libertad.
Se presentan los textos y se muestra que estos argumentos constituyen una novedad histórica, cuyos antecedentes no han sido localizados.
Se estudian los dos argumentos ateos tomistas. Respecto del primero se muestra el sentido que le asignan Duns Escoto y los grandes comentadores (Cayetano, Báñez y Juan de Santo Tomás). Respecto del segundo se muestra su nexo con las discusiones ateas modernas y el concepto de la autonomía.
Se termina el trabajo con el esbozo de una teoría general de los argumentos ateos y su clasificación fundamental.

La inclinación natural a conocer la verdad acerca de Dios

Este trabajo se limita a comentar algunos aspectos de la “inclinación natural a conocer la verdad acerca de Dios”. En primer lugar, se estudia el concepto general de la inclinación natural, para señalar: 1.º, que es compatible con su satisfacción y con su frustración; 2.º, que es consciente. Por ello se critica la doctrina del inconsciente de Freud. En segundo lugar, se estudia el sentido del conocimiento de Dios a que se refiere la inclinación natural. Y se recuerda que, para Santo Tomás, el conocimiento natural de Dios se prolonga con el conocimiento de Dios por la fe. Con esta ocasión se impugna el planteamiento de H. Küng.

Voluntad humana y libertad en Leibniz

Abordo en este trabajo una provincia del leibnizianismo que ha sido poco estudiada. Me refiero a la teoría de la voluntad. Sin duda, este defecto tiene cierto fundamento en el propio Leibniz, porque nuestro filósofo no dedicó al tema de la voluntad ningún trabajo monográfico, y porque acentuó más bien el concepto de libertad y absorbió en el tratamiento de ésta el de la voluntad, pues en algunos lugares de sus escritos declaró que tratar de la libertad incluye y equivale a tratar de la voluntad: «Inquirir si en nuestra voluntad hay libertad equivale a inquirir si en nuestra voluntad hay voluntad. Libre y voluntario significan lo mismo».

Amor, relación y persona. Observaciones críticas

Tanto desde instancias religiosas como ateas, políticos y hombres de cultura proclaman con entusiasmo el superior valor del amor y apremian a que el amor se extienda entre todos los hombres. Con ocasión del día budista del Vesak, el 13 de mayo de 2014, el Secretario General de Naciones Unidas dijo: “El mensaje de Buda: paz, compasión y amor para todos los seres vivos, nos dice que abramos nuestros corazones y abracemos a todos los miembros de la familia humana, especialmente a los más necesitados. Estas enseñanzas intemporales pueden servir para marcar el rumbo a los gobiernos y la comunidad internacional” (Ban Ki-moon, 2014). “Haz el amor, no la guerra” fue el lema de la contracultura pacifista norteamericana para oponerse a la guerra de Vietnam. Por no hablar de los presbíteros católicos aficionados, con toda razón por otra parte, a poner ante los ojos de los creyentes que Dios es amor.

La identidad de ser y pensamiento en Dios

La cuestión de que trata este trabajo es la del sentido y valor de la afirmación de que Dios es Entendimiento perfecto. No trato propiamente de demostrarla, sino más bien de comentarla. Aristóteles sostiene que Dios es Nóesis noéseos nóesis. Santo Tomás defiende que el Ipsum Esse Subsistens es Entendimiento eternamente en acto cuyo objeto es Dios mismo. Porque, como dice V. Rodríguez: «Que en Dios se dé conocimiento intelectual perfectísimo, siempre actual, realmente identificado con su ser personal, actualidad pura, sustancial y simplicísima, resultaba obvio para Santo Tomás, teólogo y metafísico, bien atento a los datos de la divina Revelación y al fundamento del conocimiento, que es la inmaterialidad.»

Aproximación a la obra de Antonio Millán Puelles

El 12 de octubre de 1974, el cardenal K. Wojtyla coincidía con el Prof. A. Millán-Puelles en un ciclo de conferencias organizado en Roma. Mientras intercambiaban unas palabras, el entonces arzobispo de Cracovia sacó de su maletín la traducción italiana (en Marietti) de La estructura de la subjetividad, de Millán-Puelles, y comentó al filósofo español que ambos seguían caminos filosóficos semejantes.

Apuntes sobre la correlación entre pensar y ser en la ontología realista

Nada hay más amplio que la suma de pensar y ser. Todo, tanto lo real, como lo irreal, tanto lo existente como la nada, se sitúa en uno de esos dos ámbitos, y no hay más. Tomarlos en consideración es abarcarlo todo y no cabe totalidad más amplia. Sin embargo, la suma de pensar y ser no es una totalidad, en el sentido de que haya un género al que pertenezcan dos especies, respectivamente el pensar y el ser. Se trata de una totalidad sólo en el sentido de que cualquier “dato” pertenece a uno u a otro ámbito; es una totalidad meramente cuantitativa y, por ello, abstracta.

La ley natural como razón moral

La encíclica Humanae vitae, alrededor de la cual gira este solemne Acto, es un documento de la mayor importancia, porque asienta de manera terminante las posiciones de la Iglesia respecto de dos conceptos humanos esenciales, como lo son el del “amor conyugal” (nn. 8-9) y el de la “paternidad responsable” (n. 10). No aludiré aquí al valor histórico trascendental que tiene esta encíclica, del ambiente en el que se redactó, ni a sus consecuencias e interpretaciones.