El valor de la persona y de su vocación al amor para la vida social
Toda vivencia o práctica de lo social verdaderamente fecunda, valiosa y humanizadora procede, por necesidad, de una concepción de la sociedad dotada de estas mismas cualidades. Por eso, no podemos aspirar, con garantías, a una convivencia social más adecuada y perfecta, si no partimos de una visión y una reflexión más hondas y ricas a este respecto. De aquí, la importancia de perfiliar una comprensión de lo social cada día más plena; es decir, más y mejor orientada hacia la consideración de la persona y de su inmarcesible dignidad.