por Francisco de Paula Solá | 018-1956
La noche del 24 al 25 de marzo de 1522 Iñigo de Loyola se encontraba ante la imagen de la Santísima Virgen de Montserrat en actitud de novel caballero. El que hacía años había recibido el «espaldarazo» que le armara caballero español, ahora veelaba unas nuevas armas porque quería ser armado Caballero de Cristo.
por Francisco de Paula Solá | 025-1958
Una de las más relevantes figuras de la Teología Pastoral habría sido, sin duda, el P. Yves de Montcheuil, si los azares de la guerra no hubieran cortado el hilo de su vida cuando comenzaba a dar los primeros pero muy sazonados frutos de su formación.
por Francisco de Paula Solá | 051-1965
No nos maravillaría que más de un lector curiosease estas páginas para enterarse de qué queremos significar con la pregunta con que encabezamos este trabajito. Es lógico que llame la atención. No puede negarse que tiene sabor de paradoja.
por Francisco de Paula Solá | 056-1967
J. Scaltritti, O. P., ha publicado hace poco un estudio sobre Teilhard de Chardin.
por Francisco de Paula Solá | 059-1969
Es sin duda conveniente que dediquemos algo de atención a un reciente libro que sobre teología mariana acaba de publicar el Rvdo. P. Antonio Royo Marín, O. P.
por Francisco de Paula Solá | 060-1969
El tema está de moda. Es casi un nuevo mito que sustituye a los que quieren destruirse. Está bien visto que el hombre no puede vivir sin mitos y sin tabús. No queremos caer en el mito, y por esto preferimos examinar los acontecimientos teológicos y responder a las preguntas que hemos formulado.
por Francisco de Paula Solá | 064-1971
Si consultamos los Manuales de Teología más recientes y buscamos la tesis sobre el Monogenismo, veremos que la nota teológica mínima es teológicamente cierta, pero se puede y debe llamar de fe divina. Otros, como decimos en la nota, oscilan entre doctrina de fe definida y de fe implícita, o próxima a la fe.
por Francisco de Paula Solá | 065-1972
Hace muy poco publicábamos en esta misma Revista un trabajo sobre el Monogenismo y el Pecado Original según la doctrina de los Concilios Arausicano y Tridentino. Necesariamente tuvimos que hablar del Pecado Original y de las definiciones de la Iglesia sobre esta materia. Pero nuestro propósito era entonces solamente abordar la cuestión del Monogenismo. Sin duda hubiera sido más natural y lógico comenzar por la doctrina del pecado original y sacar luego las conclusiones acerca del Monogenismo. Sin embargo preferimos el sistema u orden contrario, porque la doctrina directa del pecado original es hoy día objeto de mayores investigaciones y esfuerzos teológicos. Además, nos parece que se trata de una cuestión de mayor trascendencia, como quiera que tiene repercusiones en gran parte de la Teología y economía de la Salvación. Por esto queremos abordarla directamente.
por Francisco de Paula Solá | 073-1976
Hace unos años la pregunta habría parecido totalmente superflua y hasta escandalosa. ¿Era, posible poner en duda la existencia real de los Demonios? Sin embargo hoy es frecuente ver a niños y niñas de poca edad sonreírse cuando se les habla del demonio o del infierno. Y candorosamente me han preguntado: «¿Verdad, Padre, que eso del demonio y del infierno no es cierto?
por Francisco de Paula Solá | 075-1977
Una de las comprobaciones que quedaron de manifiesto en el Congreso Internacional conmemorativo del VII Centenario de Tomás de Aquino en marzo de 1974, fue que se está iniciando en todo el mundo un movimiento de vuelta a las directivas funclamentales de Tomás de Aquino. Si no fuera así, no se habrían reunido en Roma y Nápoles 1.500 Profesores y estudiosos de todo el mundo por el mero anuncio de la convocatoria de aquel Congreso. Se comprende por qué adquiere impulso mundial este movimiento: porque se ha ido tan lejos en el llamado «pluralismo», que en vez de quedar dentro de los límites de un avance o progreso deseable, por el contrario ha degenerado con frecuencia en la confusión del relativismo, en el abandono injustificado de posiciones que estaban firmemente adquiridas y en la duda escéptica.
por Francisco de Paula Solá | 077-1978
Narra el Evangelista San Juan que estaban junto a la Cruz de Cristo su Madre, algunas de aquellas piadosas mujeres que acompañaban frecuentemente a Jesús y el propio Juan. Y añade: «Jesús, pues, viendo a la Madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su Madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Y luego dice al discípulo: He ahí a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió por suya» (Jn. 19, 26-27).