La defensa aristotélica frente a la crítica megárica de la diferencia entre el acto y la potencia

Sólo en un lugar de su corpus, el capítulo tercero del libro IX de la Metafísica, encontramos una apelación expresa de Aristóteles a los así llamados megáricos, los cuales, se nos sugiere, sobresalen entre quienes afirman, haciendo de la potencia y el acto lo mismo, que sólo hay potencia cuando hay acto y que cuando no hay acto no hay potencia (hótan energêi mónon dúnasthai, hótan dè mè energêi ou dúnasthai): y así afirman, por ejemplo, que puede construir cuando construye, pero no cuando no construye, el que construye. Tras exponer los absurdos en los que deriva esta posición, concluye Aristóteles, con la evidencia ganada en la refutación negativa, que la potencia y el acto son cosas distintas, añadiendo que confundirlas es eliminar algo no poco importante. Pero el hecho es que eso no poco importante que de esta manera queda anulado no es explicitado a continuación, rompiendo así el texto la expectativa del lector no dado a la rápida presunción. No puede referirse el estagirita, no obstante, a la potencia misma, ya que ésta no ha sido más que reducida al acto por las doctrinas adversas. Y mucho menos al acto, pues es con éste precisamente con el que la potencia ha sido identificada.