por Antonio Prevosti Monclús | 159-2020
En la perspectiva de las concepciones éticas de Aristóteles y de santo Tomás, examinamos el lugar de la amistad humana en la vida moral, centrándonos especialmente en la cuestión de su relación con el fin último, la felicidad. Los amigos no son necesarios solamente por la indigencia y debilidad humanas, ni tampoco sólo como ayuda para mejor realizar la actividad contemplativa en que consiste la vida feliz, sino como objetos de contemplación en ellos mismos, a través de los cuales el hombre alcanza a conocerse a sí mismo y a la vez se complace en la existencia y en la vida virtuosa del amigo.
por Antonio Prevosti Monclús | 157-2019
Este artículo presenta la concepción aristotélica de la substancia eterna e inmóvil, principio motor del mundo, como Dios supremo en su teología. Partiendo del concepto común de “dios” y de los argumentos a favor de su existencia en la Física y la Metafísica, se examina el problema del tipo de causalidad que ejerce y se defiende que es motriz en los dos sentidos, es decir, como causa eficiente y como causa final. Completada su caracterización, según el libro XII de la Metafísica, se termina indicando algunos principales problemas que siguen abiertos a discusión entre los intérpretes de Aristóteles.
por Antonio Prevosti Monclús | 151-2016
En este artículo se examina la doctrina de santo Tomás de Aquino sobre el apetito natural propio de todos los entes, incluso los carentes de conocimiento, en el marco de su concepción finalista de la naturaleza. El propósito del estudio es clarificar el estatuto epistemológico de las tesis del Aquinate y, en particular, hasta qué punto la afirmación del apetito natural, como tesis filosófica, viene fundada en datos de la experiencia, y en qué sentido pertenece al orden de las verdades necesarias por sí o se fundamenta en la metafísica tomista del bien.
por Antonio Prevosti Monclús | 148-2014
En el momento inaugural de esta Jornada de Estudios Tomísticos, a cuya organización agradezco el honor de haber sido invitado, me ha parecido interesante ofrecer, a modo de obertura, una consideración en torno al autoconocimiento del yo en Santo Tomás, tema que tiene un cierto carácter nuclear, o mejor axial, para la materia de la Jornada, en el sentido de que desde él pueden irradiar incursiones que nos introducirán muy directamente en los problemas diversos que van a plantearse estos días.
por Antonio Prevosti Monclús | 141-2011
Hablando con propiedad, una exposición sobre la naturaleza humana en Aristóteles no es exactamente lo mismo que explicar qué es el hombre para dicho filósofo. Aunque la naturaleza de algo sea justamente su esencia, al decir “naturaleza” destacamos algo especial que no quedaría bien comprendido si nos limitáramos a describir lo que el hombre es. Por ello, para exponer la concepción aristotélica de la naturaleza humana adecuadamente, de tal modo que se comprenda todo lo que implica el hecho de que la esencia del hombre sea naturaleza, primero es indispensable tener una cierta noción del concepto aristotélico de naturaleza en general; luego se puede concretar y aplicar ese concepto al caso del hombre, y poner la cuestión ¿qué es la naturaleza humana? De acuerdo con esta consideración, he dividido la presente ponencia en dos partes, en las que seguiremos por orden los dos pasos mencionados.