Amos virtuales, esclavos reales. El hombre SS, una raza de amos-esclavos

Iniciaremos este artículo con dos afirmaciones generales que iremos desgranando a lo largo de nuestra exposición. Todo lo que sucedió en Auschwitz se halló conforme: 1) a reglas que favorecían y apoyaban las condiciones del entorno y 2) al ser humano entendido como objeto de experimentación. Indudablemente una sociedad se rige por reglas que conllevan un orden y hacen posible una convivencia entre los habitantes que la componen. Auschwitz aplica esta lógica, pero adaptada a sus intereses. Auschwitz se rige por unas reglas que, en efecto, comportan un orden. Sin embargo, el fin de dichas reglas no fue nunca la convivencia, sino el dominio de la población concentracionaria.