Justificación de la diversidad
Autor:
José María Quintana Cabanas
Localización:
Espíritu: cuadernos del Instituto Filosófico de Balmesiana, ISSN 0014-0716, Año 48, Nº. 119, 1999, págs. 67-81
Idioma:
Español
Introducción:
La gran tentación del pensamiento humano es la unidad. Queremos decir la unidad absoluta, con exclusión de la diversidad. Nosotros partimos del presupuesto –luego lo iremos justificando– de que la realidad consta, a la vez, de unidad y de diversidad, que serían dos grandes categorías o principios según los cuales se estructuran todos los elementos de la realidad. Ahora bien, cuando, en la interpretación de los mismos, un pensador o una teoría no aciertan a abarcarla en toda su complejidad, sino que la reducen a uno solo de sus principios, esa realidad es vista como unidad absoluta unas veces, y como diversidad absoluta, otras. Tan inapropiado es lo uno como lo otro, pues en ambos casos el equilibrio se rompe y aparece la unilateralidad monstruosa, la cual es especialmente grave cuando niega la diversidad, por constituir ésta para nosotros un objeto de experiencia todos los días. La negación de la diversidad sólo puede hacerla una razón que, encerrada en sí misma, no ve otra cosa que ella misma, siendo ciega para la realidad.