Bibliografía tomista hispánica del año 2015
Continuando el repertorio iniciado hace tres años, en este número de Espíritu recogemos la bibliografía tomista hispánica de 2015.
Continuando el repertorio iniciado hace tres años, en este número de Espíritu recogemos la bibliografía tomista hispánica de 2015.
Santo Tomás tuvo siempre gran importancia en el pensamiento de Brentano. Su formación estuvo ligada al nacimiento de la así llamada “Neoescolástica” alemana (Neuscholastik), un proyecto que marcó su carrera incluso muchos años después de su abandono de la Iglesia católica.
El propósito de Descartes era romper por completo con el pasado y con las enseñanzas de las escuelas teológicas y filosóficas que le precedieron, para formular una nueva Filosofía, en la que, si bien no encontramos la explícita formulación de una nueva Teoría del Estado, podemos subrayar sus importantes lineamientos, a partir de la nueva gnoseología y de la scientia mirabilis ofrecida por Descartes.
En los últimos años se ha observado un creciente interés por la exégesis bíblica de Tomás de Aquino. Después de un largo período de silencio sobre este tema, han surgido nuevos estudios que presentan las características del método de la exégesis de Tomás de Aquino y su contenido. El objetivo de este artículo es ir más allá y centrarse en la naturaleza específica de la «epistemología exegética» tomista y el carácter de su sentido espiritual, el sentido del debate entre Smalley y De Lubac. El aspecto característico de este enfoque exegético es hacer hincapié en el papel de la contemplación en la exégesis, no sólo como un tema, sino también como una posición fundamental de un exegeta hacia el texto inspirado.
En este trabajo se estudia la concepción del primer Laín Entralgo sobre la persona humana, a la que describe como ‘sustantividad’ compuesta de alma y cuerpo, de lo mental y lo biológico. Este primer periodo concluye en 1989 con el libro El cuerpo humano.
Teoría actual, obra a partir de la cual defenderá, hasta el final de su producción, un monismo corporalista.
Juan Zaragüeta, filósofo español de origen vasco (1883-1974), discípulo del Cardenal Mercier, publicó, en el centenario de la muerte de Jaime Balmes (1948), un artículo en el que comparaba la criteriología del Cardenal Newman con la del filósofo catalán. Advierte en él de las convergencias entre ambos pensadores, que muestran una actitud semejante en la búsqueda de un saber sobre la vida y para la vida. Un saber que ha de serlo para todo hombre, no sólo para el filósofo. Se pretende superar así el carácter eminentemente demostrativo de la filosofía escolástica para iniciar una nueva gnoseología de lo vital.
El humanismo derivado de la concepción cristiana del hombre entrará en crisis con la aparición del humanismo ateo de los siglos xix y xx (Feuerbach, Bakunin, Marx, Nietzsche, Sartre). Nédoncelle y Maritain coinciden en identificar las raíces de esta nueva concepción en el problema de la relación entre naturaleza y gracia que se planteó en la teología patrística y escolástica.
Sin embargo, parece ser más bien la negativa concepción del hombre de Lutero la responsable de la antropología que subyace al humanismo ateo
El documento enfatiza el hecho de que los actos de caridad sean intrínsecos a la naturaleza del proceso de educación y aprendizaje. El acto de la educación es una conexión única de la vida contemplativa y activa. El acto de la educación libera al hombre del mal que experimenta. Este mal –explica Santo Tomás– es la ignorancia, la falta de conocimiento y comprensión de la verdad. Toda persona tiene derecho a la educación, ya que es un bien natural y necesario, por la que mejora su vida personal.
El trabajo del maestro se presenta como una ocupación muy importante y responsable; la adquisición de conocimientos sobre la realidad y su transmisión
Veremos que C. S. Lewis, con fundamentos intelectuales de la filosofía aristotélica, creía que tanto la espiritualidad (en forma de moral) como su efecto cognoscitivo (en forma de práctica científica) son incompatibles con tesis relativistas que, inevitablemente, conducen a un nihilismo devastador
El artículo analiza el sintagma causa sui para la comprensión de la libertad humana en el pensamiento del Aquinate, a la luz de algunas de las recientes investigaciones.
Causa sui tomista encuentra su inspiración en Aristóteles, denotando la causalidad final del agente; algunos sostienen que en Tomás adquiere nuevas connotaciones implicando también la causalidad eficiente del sujeto. Se revisa el uso del sintagma en los principales escritos tomistas, para individuar el sentido en que se lo utiliza en esos contextos y confirmar, luego, si puede ser un elemento válido para una teoría tomista de la subjetividad
Una introducción describe el significado de templanza en la filosofía de Platón, Aristóteles y la Stoa. Ambrosio la consideraba como virtud cardinal. Santo Tomás aclara su sentido al distinguir las partes integrales, subjetivas y potenciales. ¿Puede oponerse una virtud a las inclinaciones naturales? La templanza no nos aparta de los placeres conformes a la razón, concierne a los placeres del tacto que se siguen de las operaciones ordenadas a la conservación del individuo y de la especie. Son vicios contrarios a la templanza la intemperancia, la insensibilidad. Una parte integral es la vergüenza. Son partes subjetivas la abstinencia, el ayuno, la castidad y la pureza.
Por último, se mencionan las denominadas partes potenciales como la clemencia, estudiosidad y curiosidad.