La teoría de la evolución. Status quaestionis
Una reciente publicación sobre el origen del hombre tiene un título más bien provocativo: Hombres por casualidad. Poco tiempo antes había venido a la luz otro libro, con el título sólo aparentemente antitético al precedente: La especie elegida; y digo sólo
en apariencia porque la tesis del libro es exactamente la opuesta a la que se puede esperar al leer el título, pues se pretende hacer ver de nuevo que la evolución no tiene sentido, que no existe ningún finalismo en los procesos evolutivos, ni tampoco ningún proyecto que los oriente o guíe.
La virtud política
En el tratado de las virtudes, después de haber examinado la cuestión sobre la distinción de las virtudes morales entre sí, aborda santo Tomás una cuestión Sobre las virtudes cardinales, en la que se plantea cinco problemas: en primer lugar, si están convenientemente colocadas entre las virtudes morales; después, si convenientemente se dice que son cuatro; más adelante, si es posible llamarlas principales a éstas y distinguirlas entre sí; y, por último, la división de las virtudes cardinales. A todas las preguntas anteriores santo Tomás responde afirmativamente, pues a la virtud perfecta le corresponde causar, no sólo la facultad de obrar bien, sino también el uso bueno de la obra, y eso exige rectitud de apetito, rectitud que se alcanza mediante las virtudes morales. Después determina su número, a partir de los principios formales y de los sujetos en que se dan. Prueba que son principales, y distintas entre sí. Y tras haber resuelto todas las objeciones y contestado todas las preguntas, el último de los artículos se ocupa de dividir las virtudes cardinales.
El concepto de verdad en Karl Raimund Popper: (Exposición y breve valoración crítica)
El presente artículo pretende ofrecer una exposición global y al mismo tiempo sucinta sobre el concepto de verdad en el pensamiento del filósofo Karl Raimund Popper (1902-1994). Para ello, haremos primeramente unas anotaciones de carácter histórico y biográfico. La teoría de la verdad de Karl Popper surge en un momento determinado de la historia y es la respuesta a una serie de problemas e inquietudes personales. Popper se encuentra dentro de un movimiento intelectual surgido en la Austria de los años veinte, que intenta afrontar el reto de crear una filosofía acorde con los nuevos avances de la física y de la lógica (Russell y Frege) de su tiempo. Así mismo la noción de verdad en Popper está ligada a una serie de vicisitudes biográficas3, especialmente al encuentro personal con el lógico polaco Alfred Tarski. Pero no sólo atenderemos a exigencias histórico-biográficas, expondremos fundamentalmente en este escrito los principales elementos sobre los que se articula la verdad popperiana. Entre estos cabe destacar: la defensa de la noción clásica de verdad como correspondencia con los hechos que tiene su origen en Aristóteles y Popper conoce a través de Alfred Tarski; el carácter regulativo (esta vez de inspiración kantiana) que le otorga a esa misma verdad; y, por, último no olvidaremos dedicar algunas reflexiones a la verosimilitud, elemento con el que se intenta casar el mitigado escepticismo popperiano con el realismo. Concluiremos con algunas reflexiones críticas acerca de los puntos tratados.
Patrimonio filosófico de Europa
Europa tiene una historia filosófica y, por tanto, una herencia o un conjunto de bienes filosóficos o intelectuales, que constituyen un rico patrimonio. Sin embargo, en la actualidad, muchos hombres y mujeres parecen haber perdido de la memoria de esta herencia intelectual. Viven, por ello, sin ninguna orientación, y como consecuencia en la inseguridad e incluso en la desesperación.
El alma humana en Josef Seifert
Tengo que pedir perdón al filósofo por adelantado, no sólo por tener que limitar tanto el campo que voy a tratar sino por la carencia de diferenciaciones en este artículo y que abundan en las obras de SEIFERT como corresponde a su amplio conocimiento
en toda obra que emprende. Sin embargo, no creo estar alejándome del pensamiento fundamental de este autor cuando acorto el contenido y renuncio a distinciones que serían muy interesantes pero que me llevarían demasiado lejos para la exposición de un artículo como este. Invito, sin embargo, a los lectores a profundizar en el tema que me ocupa desde los mismos escritos de Josef SEIFERT.
La comunicación humana como elemento de liderazgo para el diálogo intercultural
Conócete a ti mismo, es la recomendación que se encuentra en la inscripción de Delfos, que resulta fundamental para toda comunicación y que coloca a la filosofía como indispensable en la formación de todos aquellos que pretenden comprender la comunicación desde una perspectiva profunda, científica y universal. Y esto puesto que sólo con el conocimiento metafísico del mismo hombre, se cae en la cuenta de que la incomunicabilidad ontológica de la persona es la condición de toda relación y de toda comunicación.
El concepto de ser en Domingo Báñez y su incidencia en la teoría del conocimiento
Es conocida y citada por los estudiosos de la Metafísica la queja de Heidegger que afirmó que desde Parménides se ha producido un «olvido del ser». No acabo de comprender qué entiende propiamente por ser Heidegger, pues él a pesar de su interés por
recuperar el ser real, según mi humilde opinión, queda dentro del idealismo contra el que en teoría lucha.
¿Existe un orden de la creación? ¿Está reflejado en la «natura rerum»? ¿Es asequible al hombre?
Las tres preguntas que formula el título de este breve estudio plantea tres cuestiones. Las dos primeras son ónticas y la tercera es ontológica y gnoseológica. Esta se refiere al modo de su conocimiento por el hombre y a su expresión ontológica de la realidad
óntica de ese orden. Trataré en estas líneas de mostrar: 1º, cuáles han sido las diversas respuestas dadas a la primera pregunta por el voluntarismo, por el nominalismo y por el realismo; 2º, si es asequible a los hombres el conocimiento de la naturaleza de las cosas, y 3º, cuál es cómo se forma la imagen mental que tenemos de la naturaleza de las cosas y de cada cosa.
La conciencia desesperada, en «la enfermedad mortal», de Kierkegaard
El largo título de este capítulo es un resumen de toda la primera parte. “La desesperación es una enfermedad propia del espíritu, del yo, y por consiguiente puede revestir tres formas: la del desesperado que ignora poseer un yo [ignora que es espíritu], la del desesperado que no quiere ser sí mismo y la del desesperado que quiere ser sí mismo [sin Dios]”.